China restringe a los endeudados: sin hoteles de lujo y sin trenes de alta velocidad

  • El régimen de Xi Jinping es implacable incluso con los ciudadanos de menos recursos. El sistema no tiene les da la posibilidad a los morosos de ordenar sus obligaciones

China intensifica las penalizaciones contra deudores morosos, privándolos de servicios esenciales como el acceso a trenes de alta velocidad y hoteles de categoría, en un intento por sancionar a aquellos que no cumplen con sus obligaciones financieras.

Estas medidas se presentan en un contexto donde el país enfrenta un creciente endeudamiento personal que supera los 11 billones de dólares, cifra significativa en una nación donde los ingresos son considerablemente bajos.

Una trabajadora de fábrica, Qin Huangsheng, enfrenta una deuda de 40.000 dólares con un salario base de 400 dólares mensuales. Como resultado de esta política, Qin y otros ciudadanos chinos se ven obligados a utilizar medios de transporte más lentos y enfrentan restricciones de consumo y movilidad.

La falta de un sistema de bancarrota personal en China ha sido criticada, ya que no permite a los individuos reestructurar o eliminar deudas insostenibles, perjudicando la equidad y restringiendo las oportunidades de recuperación financiera para los ciudadanos.

El incremento del endeudamiento personal está afectando la inversión en consumo y, por ende, el crecimiento económico del país. Empresas occidentales han reportado una disminución en sus ventas en China, lo que está forzando al gobierno a enfocarse en impulsar la manufactura y las exportaciones.

El autor del artículo expresa lo que a diario se repite en millones de chinos: “En los trenes lentos y viejos en los que le toca viajar, Qin a veces mira a los demás pasajeros y piensa: ‘Me pregunto si serán todos malos deudores como yo’”.

El régimen chino justifica estas acciones señalando que son medidas dirigidas únicamente a aquellos que, teniendo la capacidad, eligen no satisfacer sus deudas. Sin embargo, la falta de un sistema de bancarrota personal en China, que permitiría a los individuos reestructurar o eliminar deudas insostenibles, ha sido criticada por académicos quienes argumentan que perjudica la equidad y restringe las oportunidades de recuperación financiera para los ciudadanos.